Por tercer años consecutivo las BODEGAS GONZÁLEZ BYASS (La bodega que ama sus viñas, es el lema
que reza en la Viña "La Canariera") hacen suyo el refrán de "Por San Andrés [30 de noviembre], el mosto vino es". En las
magníficas instalaciones de Viña
"La Canariera" ofrecieron una convivencia gastronómica y
enológica alrededor del recién nacido mosto o vino joven del año 2016, que
había obtenido el primer premio del III
Concurso de Mostos. Nos recibían, ofreciendo una copa de mosto, José Argudo López de Carrizosa, como siempre,
atento a todo, que acompañaba a Antonio
Flores Pedregosa.
"La
Canariera" está situada en el "Pago Carrascal" del
Jerez Superior, en el NO de Jerez, y se accede, girando a la izquierda, en el
p.k. 1,8 de la Carretera de Lebrija o de Morabita [CA-3103], un camino
perfectamente transitable de unos 0,5 km, enmarcado por viñas, nos lleva a la
pequeña loma donde se sitúa la construcción y a cuya izquierda parte el camino
que lleva a la "Viña Esteve" de la misma compañía vinatera.
La casa-viña en dos bloques
independientes, de una sola planta en L, típica de la zona. El bloque principal
consta de almijar delantero y de un porche encarado al viñedo por el que se
entra al antiguo lagar de pisa, hoy museo de la viña, con arquería central. A
la izquierda, el otro bloque, antiguamente de uso residencial y hoy de uso
social, en cuyo frontispicio de lee "1846", año de construcción de la
edificación, apenas una década después de la fundación de la compañía bodeguera.
Ambos bloques se resuelven con cubierta de teja a dos aguas y cubierta plana en
las crujías de acceso desde el almijar. Es singular la riqueza ornamental de la
fachada.
A
través de él, se permite el paso a un patio exterior ajardinado con aljibe. En este
patio se celebró el brindis por el nuevo mosto que, a su debido tiempo, rociará
las soleras "Rebollo", "Gaditano" y "Tula".
El
brindis, en el patio lateral de la casa-viña fue ofrecido por Pedro Rebuelta González, vicepresidente
de Bodegas González Byass, y por Antonio
Flores Pedregosa, enólogo y Master Blender de Tío Pepe. Antonio Flores dejó anotado para el
futuro
Este
mosto que hoy bebemos es el latido de mi tierra,
que
sabe a mar, a sal, a vino joven y puro, a promesa de vino grande.
¡Bienvenido
hijo de la vid, príncipe de la solera!
o
Pedro Rebuelta (i) y Antonio Flores (d) |
Destacaron
la apuesta por la uva Pedro Ximénez, las replantaciones y el enoturismo, dentro
de unos parámetros de calidad, sostenibilidad y protección del medio ambiente.
Una vez degustado
el mosto, acompañado de aperitivos, se pasó al interior, ya sentados y en mesa,
donde se ofrecieron chacinas, una exquisita sopa de tomate, una berza jerezana
con todos sus avíos y dulces navideños. Todo regado con mosto, fino Tío Pepe, amontillado Viña AB, palo cortado Leonor y oloroso seco Alfonso. Al final, café y copa de
brandy reserva Insuperable, el que quiso.
Alguien dijo
Si los platos típicos son versos sueltos,
el caldo de maduración breve es la rima que los conjuga.
Cayendo
la tarde, nos despedíamos y éramos obsequiados con una botella del Mosto 2016.
Durante toda la jornada lució el sol, aunque alguna nube, recordando la mucha lluvia
recién caída, lo escondiese de vez en cuando, lo que contribuyó a engrandecer
esta presentación.
Los vinos
Mosto 2016
En la vendimia de este año se molturaron 57.012.328 kg de uva con una graduación media de 11,68º Bé. En los lagares jerezanos las cifras fueron 40.431.834 kg y 11,74º Bé.
Ganador del III Concurso de Mostos organizado por el Consejo Regulador. Arropado por el levante veraniego y las escasas blanduras del poniente, este mosto es dorado brillante, ligero y fresco. Transmite la salinidad de la albariza. Amable, floral y vivo. En boca, aún, chispeante y con el punto exacto de acidez.
Ganador del III Concurso de Mostos organizado por el Consejo Regulador. Arropado por el levante veraniego y las escasas blanduras del poniente, este mosto es dorado brillante, ligero y fresco. Transmite la salinidad de la albariza. Amable, floral y vivo. En boca, aún, chispeante y con el punto exacto de acidez.
Sin
duda, llegará a ser un espléndido Tío Pepe.
Fino Tío Pepe
La
uva, cuidadosamente prensada, se convierte en mosto yema, que fermenta, se
clasifica y se fortifica para entrar en las solera del Tío Pepe. En el sistema de
criaderas y solera, bajo velo de flor, se envejece, siempre en madera de roble
americano, una media de 5 años. Ya ha adquirido el carácter muy seco y
punzante.
Amontillado Viña AB
En
las 600 notas de Viña AB se evapora el agua y se concentra el alcohol y los
demás componentes. Se empieza a extraer la madera. Color ámbar con destellos
verdosos. Aparecen la salinidad, la mineralidad, el extracto seco y los
polifenoles. Se rompe el velo y comienza a actuar el oxígeno: Un vino que agoniza de manera esplendorosa,
en palabra de Antonio Flores. Dominan
las notas de crianza biológica y se asoman las de crianza tradicional. Muchos
frutos secos y muy punzante. La acidez se concentra durante la crianza
oxidativa. Es un amontillado fino.
Palo cortado Leonor
Ámbar
intenso con toques dorados. Aromas a madera, vainilla y frutos secos. Elegante,
poderoso y persistente. De libro. Con 12 años de vejez media.
Oloroso seco Alfonso
Crianza durante 8 años en
el sistema de criaderas y solera. Miel, pasas, madera muy bien integrada
(vainilla), notas punzantes y de frutos secos.
Eduardo me encanta tu blog. Cuál es el mejor brandy de menos de 30€ que hayas probado? Estoy por la zona y quiero llevarme uno.
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